miércoles, 25 de marzo de 2015

FILMOTECA CLÁSICA... "SONRISAS Y LÁGRIMAS" (1965) ROBERT WISE


Este año se cumple el 50 Aniversario de una de las películas más amadas de todos los tiempos. En su día se convirtió en el filme más taquillero de la historia del Cine, permaneciendo imbatible durante varios años en este puesto. lo que consiguió salvar a la Fox de la bancarrota a la que le había conducido la fallida experiencia de "Cleopatra" (1963) Joseph L. Mankiewizc que casi dio con el cierre de los míticos estudios. A día de hoy permanece como el tercer filme de mayor recaudación de la historia tras "Lo que el viento se llevó" y "La guerra de las galaxias".

Basada en una obra de éxito en Broadway escrita por el célebre tandem Rogers y Hammerstein II, autores entre otras de las operetas "Oklahoma", "Carrousel" o "Al Sur del Pacífico", todas grandes éxitos del musical escénico americano, contaba la historia real de Maria Von Trapp, quién estuvo a punto de ser monja, pero por distintos avatares terminó casándose con el capitán Von Trapp, viudo padre de siete hijos, que tuvieron que huir de Austria tras la anexión de esta a la Alemanía nazi.

La historia ya había sido llevada a la pantalla por el cine alemán en dos mediocres melodramas musicales "La historia de los Trapp" y "La familia Trapp en América". La obra en Broadway llegó a alcanzar más de 1.400 representaciones y obtuvo seis premios Tony, lo que animó a la Fox a convertirla en película.

La versión americana fue dirigida por Robert Wise, reciente todavía el éxito de "West Side History". La pericia del director salvó a la historia de sus principales lastres, ya que el argumento original tenía un exceso de sentimentalismo, ternura y monjas. Aunque muchos críticos la sigan considerando demasiado blanda y sensiblona, Wise eliminó pasajes y cambio algunas canciones de sitio para hacer que la película fuese más dinámica y digerible a los ojos de un público moderno.

Sin duda alguna una parte importante del mérito hay que atribuírselo a su protagonista, cuya voz y talento dramático dieron credibilidad a un personaje que en manos de una actriz menos contenida hubiese quedado como una ridícula caricatura de la dulzura y el optimismo. Sin embargo la vitalidad, carisma y fuerza de Julie Andrews convencen desde el primer plano en el que aparece bailando en lo alto de una montaña cantando entre árboles y prados, convirtiéndolo en un auténtico canto a la alegría de vivir. Para el personaje de María se estuvieron barajando los nombres de Doris Day y Debbie Reynolds entre otras, siendo descartada desde un primer momento su creadora en la escena, la sensacional Mary Martín por resultar demasiado mayor para el papel en cine. Sin embargo el formidable triunfo obtenido por Julie encarnando a "Mary Poppins", decantó la balanza en favor de la actriz británica, que se convirtió en una de las favoritas del público y la mayor estrella musical de la década de los sesenta. En un principio la auténtica María Von Trapp se mostraba reacia en la elección, ya que Julie había aparecido en el "Show de Carol Burnett" parodiando de manera inmisericorde el musical escénico. Sin embargo tras visionar su trabajo comentó que ninguna otra actriz hubiese sacado un resultado tan provechoso del personaje.

El resto del reparto, aunque sensacional, se limitan a acompañar el absoluto protagonismo de la estrella, que se hace limpiamente con la película. Acompañando a Julie, se encontraban dos de los veteranos más sólidos de Hollywood, la fantástica Eleanor Parker como la retorcida Baronesa y el sobrio Christopher Plummer en sustitución de Dean Martin, que fue una de las primeras opciones para interpretar al capitán Von Trapp. Al parecer Plummer se mostró bastante reacio con su participación en el proyecto y con el trato que todo el mundo dispensaba a su compañera de reparto, refiriéndose durante años al filme como "The sound of mocus" (el sonido de los mocos) en clara alusión a la parte más lacrimógena de la historia.

La excelente banda sonora se ve realzada por la calidad vocal de Julie Andrews, que convirtió en fulminantes éxitos todos y cada uno de los cantables. El compositor escribió para la ocasión un par de canciones ex-proceso para la película, en sustitución de otras que se encontraban en el original escénico pero no encajaban en la versión cinematográfica. Siguiendo una costumbre bastante extendida en aquellos años, las canciones del filme fueron dobladas a distintos idiomas entre ellos el italiano, francés, alemán, español e incluso chino. En España se estrenó en versión totalmente doblada, tanto en la parte hablada como la musical, siendo la soprano Teresa María la elegida para cantar por la protagonista.

En el aspecto técnico cabe destacar la magnífica fotografía que retrata de forma espectacular toda la belleza del paisaje austriaco.

La imparable carrera de la cinta culminó en la entrega de los Oscars de aquel año, ya que se alzó como la gran triunfadora al obtener los premios correspondientes a mejor película, mejor director, mejor sonido, mejor banda sonora adaptada y mejor montaje, siendo además nominada en las categorías de mejor actriz (Andrews), mejor fotografía y mejor actriz secundaria (Peggy Wood).

Tal vez no sea en muchos aspectos una gran película, ni tampoco uno de los mejores musicales de la historia, pero sin duda es uno de los títulos más recordados por millones de personas que se dejaron conquistar por el alegre optimismo de sus melodías, el encanto inocente de sus personajes, el sentimentalismo de su historia y la belleza de sus imágenes. A día de hoy sigue ganando adeptos en cada reposición, haciendo honor a uno de sus eslogan "La película por la que nunca pasará el tiempo".


miércoles, 11 de marzo de 2015

CON ACENTO ESPAÑOL... IMPERIO ARGENTINA


Su sonrisa fue y sigue siendo legendaria y en ella se haya escrita gran parte de la historia de nuestro Cine. Desde su clamoroso descubrimiento en la versión muda de "La hermana San Sulpicio", realizada por su pygmalión y más tarde esposo Florián Rey, su carrera fue en ascenso con la fuerza de un cometa, hasta convertirse en la mayor estrella de habla hispana, entendido en la forma que el término se aplicaba a las mayores figuras internacionales. No sólo llegó la primera, sino que fue la mejor. Todas las estrellas musicales posteriores que hicieron carrera en el cine español le deben algo, y para casi todas ellas ha sido fuente de inspiración e icono de prestigio. De echo los títulos más populares de su filmografía han sido los más versionados del género folklórico, en un intento de emular su éxito, aunque todos ellos quedasen por debajo del original. Justo es decir que el empeño era difícil de alcanzar, ya que la calidad de Imperio como artista está marcada por un sello inimitable, un privilegio que solo se da a aquellos que como ella nacen para dar vida y brillo a la pantalla con luz propia.

No solo era una cantante de un gusto exquisito, capaz de abordar distintos géneros con singular acierto, sino que además era una formidable actriz. En ambas facetas Imperio dejó una huella indeleble, que forma parte de la historia del cine y la canción. Pocas veces se ha dado un talento tan completo capaz de llegar de un modo tan espontáneo.

Parte importante de su impacto viene dado por los títulos que rodó a las órdenes de Florián Rey. La colaboración de ambos genios trajo como resultado un cine de carácter popular servido con una calidad magnífica. Parece ser que el director aragonés quedó prendado de la artista desde su primer trabajo juntos, tanto es así que cuando el cine sonoro cogió por sorpresa a los precarios estudios españoles y todos los profesionales de la industria se vieron obligados a emigrar a los estudios franceses que la Paramount tenía en Joinville para mantener la producción de películas, se marchó a Francia siguiendo sus pasos.

En Joinville Imperio comenzó a forjar su estrella y a desarrollar un fino instinto para la comedia en una serie de títulos que le dieron la oportunidad de trabajar al lado de figuras legendarias como Carlos Gardel en "Melodía de arrabal", convirtiéndose en la única mujer que ha cantado junto al ídolo del tango, o el "chansonnier" Maurice Chevalier en el cortometraje "El cliente seductor".

De regreso a España, a raíz del estreno de la versión sonora de "La hermana San Sulpicio", Imperio comienza revalidar su estatus como actriz de cine. Su siguiente película "Nobleza baturra" la presenta ya como máxima figura de la pantalla hispana y el fabuloso triunfo de "Morena Clara" forja para ella la inmortalidad. Nunca se había visto un recital interpretativo tan irresistible, ni una banda sonora se había impregnado tanto en el sentir popular. Tanto es así que la película se proyecta con idéntico éxito en la zona republicana y nacional durante la contienda civil, haciendo que ambos bandos se rindan ante la voz de la artista interpretando de manera inigualable las zambras "Falsa monea" y "El día que nací yo" y las graciosas bulerías "Échale guindas al pavo", todos ellos desde entonces joyas del repertorio de la canción española.

Su controvertida participación en "Carmen, la de Triana", rodada en la Alemania nazi antes del estallido de la segunda guerra mundial, trajo como consecuencia uno de sus filmes mejor acabados, llegando incluso a rodar una versión alemana "Andalusische Nachte", hablada y cantada íntegramente en lengua germana. A continuación marchó a Italia para interpretar "Tosca" a las órdenes de Jean Renoir, pero la entrada de Italia en la guerra hizo que el director francés abandonase el proyecto siendo sustituido por el alemán Carl Koch.

La década de los cuarenta y su divorcio de Florián pusieron fin a su etapa de esplendor en el cine, tan solo "Goyescas" rodada por Benito Perojo en 1942, restituyó parte de su antigua gloria. A partir de entonces sus proyectos cinematográficos se hicieron cada vez más espaciados y menos interesantes, aunque siguió participando en distintos títulos tanto en España como en Argentina, en adelante su carrera se centraría principalmente en los escenarios, logrando algún hito importante como el célebre concierto que dio en el "Carnegie Hall" neoyorkino, cuyas puertas solo se abren para recibir a las más importantes figuras de la lírica mundial.

En el Festival de San Sebastián de 1962 se le tributó un homenaje que permitió el redescubrimiento de su trabajo a la crítica joven de entonces, nombrandola la "Cyd Charisse del cine español", reivindicando de este modo su importancia en el desarrollo y evolución del cine musical en nuestro país.

Aún durante los años ochenta fue requerida por José Luis Borau y Javier Aguirre para protagonizar "Tata mía" y "El polizón del Ulises" respectivamente, títulos que pusieron punto final a su carrera en cine. Durante las celebraciones de la Expo de Sevilla en 1992, reapareció en el espectáculo "Azabache", en el que se rendía tributo a la Copla en un repaso de sus canciones más famosas interpretadas por Rocío Jurado, Juanita Reina, Nati Mistral, Imperio y María Vidal, donde. la artista de 82 años aún era capaz de poner al público en pie con su carisma y simpatía.

Sus últimos años se vieron ensombrecidos por el Alzehimer, aunque ella nunca perdió memoria de su trayectoria como artista. Falleció en agosto de 2003 en la localidad malagueña de Benalmádena, donde había pasado sus últimos 25 años de vida en la calle que llevaba su nombre. Aunque el inexorable paso del tiempo nos arrebató a la irrepetible Imperio, su inmenso legado artístico nos la devuelve a cada revisión en todo su esplendor, demostrando una vez más que las grandes leyendas nunca mueren.

martes, 10 de marzo de 2015

MIS ESTRELLAS FAVORITAS... CYD CHARISSE


Es una de las estrellas indiscutibles del musical americano. Sus piernas son tan míticas como las de Marlene Dietrich y su espléndida belleza morena recordaba a la de la incandescente Ava Gardner. Llegó a la Metro en un momento en que el estudio contaba con el mayor número de talentos y jóvenes promesas de su historia y no supieron muy bien que hacer con ella durante años. De hecho de no ser por Gene Kelly, que la eligió como pareja en el número "Broadway Melody" de "Cantando bajo la lluvia", es posible que nunca hubiese adquirido estatus estelar. Sin embargo aunque la protagonista de la cinta era la pizpireta Debbie Reynolds, fue Cyd quién pasó a la inmortalidad, el erotismo irresistible y sofisticado de su baile apache con Kelly cautivó al público y a toda la industria... A partir de ese momento su carrera fue imparable participando en los últimos grandes musicales de la época dorada del género.

Aunque contribuyó a la evolución del cine musical desde un estilo decididamente moderno, su formación como bailarina comenzó en la danza clásica, lo que la permitió ser extraordinariamente dúctil, llegando a formar parte del Ballet Ruso. De esta guisa apareció flotando etérea de puntillas entre nubes de espuma en uno de los mejores números de "Ziegfeld Follies", una magnífica "stravaganzza" dirigida por Minnelli dedicada al célebre productor de revistas americano con la participación de las mayores estrellas musicales de la Metro.

Por algún motivo la productora vio en ella el prototipo racial de belleza latina, por lo que la convirtieron en mexicana de piel teñida interviniendo en una serie de títulos que servían a la política de buena voluntad con la vecina Sudamerica, junto a un juvenil Ricardo Montalbán. Dado que la guerra mundial había cerrado el mercado europeo, Hollywood entero volvió los ojos hacia los países latinos como público potencial. De este modo Ricardo y Cyd aparecieron como exótica pareja de baile en "Fiesta brava" y "En una isla contigo", concebidos a la mayor gloria de "la sirena" Esther Williams, así como en otros títulos que mostraban los tópicos latinos deformados al gusto americano, "Sombrero", "Me besó un bandido" y "El signo del renegado".

En este momento en el que su carrera se encontraba en un punto muerto llegó el milagro de "Cantando bajo la lluvia"... El impacto causado por su intervención en el filme la ayudo a formar parte de la escudería del célebre productor Arthur Freed, el mayor impulsor del musical marca Metro, responsable de los títulos más celebrados del género. Durante los siguientes años protagonizó una serie de filmes en los que su talento como bailarina y su magnifica belleza brillaron con luz propia haciendo historia. Se cimbreó en los brazos de Gene Kelly etérea como un sueño en "Brigadoon" y rabiosamente moderna en la crepuscular "Siempre hace buen tiempo" . Dio lecciones de clasicismo junto al gran Fred Astaire en "Melodías de Broadway" y "La bella de Moscú", remake en clave musical de la célebre "Ninotchka" interpretada por Garbo en 1939, haciéndonos olvidar a "La Divina" con su formidable talento para el baile.

Fuera del musical estuvo maravillosa sirviendo a los própositos del cine negro en "Chicago años 30", junto a un maduro Robert Taylor y participando del universo melodramático de Minnelli en "Dos semanas en otra ciudad", excelente filme sobre el mundo del cine en la línea de "Cautivos del mal", donde era la arpía ex mujer del director interpretado por Kirk Douglas, dispuesta a incordiar la vida de cuantos la rodean con sus malas artes.

Este título constituyó su última aparición importante...Tras protagonizar una serie películas intrascendentes, abandonó su carrera segura de que una figura de sus condiciones no tenía cabida en el panorama cinematográfico que se avecinaba, en el que la inocente magia de los musicales que interpretó había desaparecido para siempre.

En adelante se dedicó por entero a su familia. Era esposa del cantante Tony Martín con el que compartió uno de los matrimonios más longevos de Hollywod, vivieron juntos durante 60 años hasta el fallecimiento de la actriz, acaecido en el año 2008 a consecuencia de un ataque cardíaco.

Su importancia en el cine musical es incuestionable y su aportación al desarrollo del género imprescindible. Ella es una de las últimas grandes estrellas que escribieron con su baile páginas eternas, creando un lenguaje visual irrepetible, capaz de contar una historia con su danza, trasmitiendo cualquier sentimiento al compás de la música.

jueves, 5 de marzo de 2015

HISTORIAS DE CINE... TAL COMO ERAN... LA MELENA DE RITA

Si hay un apéndice capilar famoso en la historia del Cine asociado a una estrella, esa es sin duda la espesa, pelirroja y ondulada melena de Rita Hayworth, luciendo viva y llena de cadencias en títulos como "Las modelos", "Sangre y arena", "La Diosa de la danza" y sobre todo la mítica "Gilda". Sin embargo como tantas cosas en los años de esplendor de Hollywood, el estilo definitivo con el que se asocia a esta Diosa del Amor, fue creación de los Estudios en un brillante intento de moldear su personalidad y fotogenia ante las cámaras.


Cuando llegó a la Meca del Cine como una danzarina española aspirante a estrella llamada Margarita Carmen Cansino, su belleza se veía poco refinada y sus facciones endurecidas por el abrupto nacimiento del pelo que empequeñecía su rostro. Los "hacedores" de milagros de Hollywood pusieron la maquinaria en marcha haciendo que la joven se sometiese un doloroso tratamiento de electrodepilación mediante el cual se le ensanchó la frente y acentúo el pico del pelo, proporcionándole unos rasgos más serenos y atractivos. La maniobra concluyó tiñendo su magnífica cabellera con la encendida tonalidad del fuego que avivaría la pasión de sus más célebres personajes. Aún cuando fuese retratada en blanco y negro el brillo caoba que adornaba su melena se intuiría como reflejo de la pecaminosa moral de sus protagonistas.


Con esta imagen definitiva apareció en su primer papel importante, aunque secundario, en el filme de aventuras en blanco y negro "Sólo los ángeles tienen alas" junto a Cary Grant y lució cautivadora con todo el esplendor del Thecnicolor como la Doña Sol que somete bajo su influencia sexual al torero interpretado por Tyrone Power en "Sangre y arena", el título que la convirtió en uno de los sex symbol más famosos de la pantalla, basado en la novela del escritor Vicente Blasco Ibáñez.


Tal fue la identificación de la actriz con esta imagen, que cuando años después su entonces marido Orson Welles cometió "el sacrilegio" de cortarle el pelo y teñirlo de rubio para "La dama de Shanghai", los directivos de la Columbia se echaron a temblar pensando que aquella osadía terminaría con la carrera de su más importante estrella. Sin embargo en un prodigio de renacimiento Rita lució más hermosa que nunca, grabando una vez más rostro inmortal en la historia del Cine y en los corazones encendidos del espectador.