lunes, 22 de junio de 2015

MIS ESTRELLAS FAVORITAS... GRACE KELLY



Antes de convertirse en princesa y gobernar como su Serenísima alteza Gracia de Mónaco en la prensa del corazón de todo el mundo, la bellísima Grace Kelly había irrumpido en el mundo del celuloide, aportando a la década de los cincuenta toneladas de elegancia y distinción cubriendo un apartado único... Pocas actrices consiguieron tanto con una carrera tan corta, ingresando en el imaginario de Hollywood y del siglo XX.

Es una de las indiscutibles Diosas del amor de la pantalla, aunque no se ganó este título de un modo carnal, ni evidente, sino más bien a través de un erotismo distante y refinado de modelo de alta costura. Además siempre sugirió un Ser pensante y a decir de sus compañeros de trabajo, una persona cordial y muy simpática.

Tubo un prometedor arranque en títulos importantes como "Sólo ante el peligro" (1952) o "Mogambo"(1953), sin embargo su imagen cinematográfica aparecía aún desdibujada y desprovista de especial interés más allá de una fotogenia evidente. Tuvo que llegar "el mago del suspense" para sacar el máximo partido de su talento y dotar a este diamante rubio de un erotismo estremecedor en su única película en 3 D "Crimen perfecto" (1954). Hitchcock fue el director que mejor supo tratar su imagen y el responsable de que en tan poco tiempo alcanzase un estatus estelar de primer orden. Sus dos siguientes títulos a sus órdenes, "La ventana indiscreta" (1954) y "Atrapa a un ladrón" (1956) le hicieron ganar la inmortalidad.

Sin embargo el prestigio dramático no llegó a través del glamour característico de sus más célebres papeles sino mediante un título realista, "La angustia de vivir". Su interpretación de la sufrida esposa de un actor alcohólico con el rostro de Bing Crosby, le valió el Oscar a la mejor actriz de 1954 arrebatándole el galardón a la mismísima Judy Garland que daba aquel año un soberbio recital en "Ha nacido una estrella".

Revalidó su clase y finura así como la adoración de público e industria con sus dos últimas películas "Alta sociedad" (1956), versión en clave musical de la magnifica "Historias de Filadelfia", y "El Cisne" (1956), título premonitorio en el que interpretaba a una princesa que se ve obligada a elegir entre el amor y el deber, aceptando su destino con la entereza de su noble estirpe.

Si su carrera hasta este punto había sido como un cuento, ella se apresuró a ponerle el final feliz enamorándose de un príncipe europeo y desposándose con él, como en cualquier opereta al uso. El cine lloró su pérdida y la pantalla quedó huérfana de uno de sus rostros más populares y personales. Aunque en su nuevo cargo las cámaras no dejaron de mostrar y perseguir cada minuto de su vida pública y privada, proyectando una imagen de mujer realizada y satisfecha, aunque al parecer como princesa de Mónaco vivió horas amagas al ver limitado su temperamento rebelde y apasionado en pos de las obligaciones de su cargo público, que le impidieron entre otras cosas volver al cine como era su deseo para interpretar una vez más a las órdenes de Hitchcock, a la cleptómana frígida de "Marnie, la ladrona" (1964), ante la imposibilidad de contar con su rubia fetiche el director británico replico su imagen en la rubia Tippi Hedren, cuyo pasado como modelo aportaba parte del estilo Grace, aunque desde una perspectiva mucho menos interesante.

Como es harto conocido, el cuento finalizó de forma dramática cuando la princesa murió en un accidente de tráfico a los 52 años. El mundo entero lloró la perdida de uno de sus iconos más célebres y el cine rescató toda la memoriabilia de una actriz que llegó a reinar en los corazones del espectador con el mismo porte y nobleza que la sostuvieron como soberana ideal de un cuento de hadas soñado a través de la imaginación popular. Aún hoy día Grace es recordada en ambas facetas con el cariño y el respeto de las grandes estrellas inmortales.