viernes, 11 de septiembre de 2015

FILMOTECA CLÁSICA... "KISMET" (1955) VINCENTE MINELLI


Este remake en clave musical de "El príncipe mendigo", una célebre pieza teatral de Edward Knoblock escritor inglés de origen alemán, supone uno de los últimos musicales importantes de la célebre "Fred Unit", el equipo que bajo la batuta del productor Arthur Freed dio los mayores días de gloria al musical marca Metro en la pantalla, lo que equivale a decir al mejor cine musical de todos los tiempos.

Sin ser de los mejores del ciclo, esta deliciosa "stravaganza" filmada por Minelli, constituye un encantador espectáculo con una magnífica puesta en escena y un fabuloso uso del color como catalizador de la historia, que delatan el habitual buen gusto de su director. En esta ocasión el autor eleva sus inquietudes estéticas por encima del propio argumento, recreando una Bagdad recargada y teñida de rabioso colorido, dotando a algunas de sus escenas de un barroquismo más propio de carnaval veneciano, que sin embargo funciona de maravilla, introduciendo al espectador y a la historia en el mundo de "Las mil y una noches", desde un gusto y una óptica occidentales.


Gran parte del éxito de la cinta descansa en el encanto de sus protagonistas, el sensacional barítono Howard Keel y la deliciosa Ann Blyth. El reparto reúne algunos de los mejores profesionales de la época, situando el entretenimiento en cotas muy altas. Keel era un magnífico cantante y actor, aparte de un soberbio ejemplar masculino, alto y fuerte, que llegó demasiado tarde al mundo del cine, cuando el star system estaba dando las últimas bocanadas, aún así tuvo tiempo de participar en una serie de musicales y operetas célebres en las que aportó su gallardía y formidable talento. La risueña Ann Blyth, se convirtió en una de las alondras preferidas de la Metro en títulos como "Rose Marie", "El Gran Caruso" o "El príncipe estudiante", su simpatía y entrañable presencia, unida a su agradable fotogenía hizo de ella una de las favoritas del público durante la década de los cincuenta. Junto a ellos una espectacular y exuberante Dolores Gray, otro talento malogrado por la caída de los estudios y el soso Vic Damone, cantante de moda en la época, particularmente inapropiado como el Califa, siendo uno de los pocos lastres de la película y cuyo único acierto se limita a entonar románticamente con Ann Blyth la célebre canción "Extraño en el paraíso" cuya popularidad traspasó fronteras siendo adaptada a varios idiomas, en España la grabaron con gran éxito el magnífico Luis Mariano y la cantante melódica Gloria Lasso.


A pesar de no contar con el interés de otras cintas del género rodadas en la época, resulta un filme entretenido y de formidable factura como casi todos los de su director. A destacar la soberbia banda sonora, muy discutida en su momento por versionar los temas más célebres de la opera "El principe Igor" de Borodín.

En 1944 se rodó un precedente en Technicolor protagonizado por Ronald Colman y Marlene Dietrich, en el que esta última lucía un delirante vestuario famoso por teñir sus celebres piernas de color oro... Así era el Cine a la hora de despertar la magia y los sueños en la imaginación del espéctador.