lunes, 10 de julio de 2017

FILMOTECA CLÁSICA... "ROBIN DE LOS BOSQUES" (1938) MICHAEL CURTIZ


Este es sin duda uno de los títulos preferidos por los seguidores del cine de aventuras y uno de los mayores exponentes de “capa y espada”. Contiene todos los ingredientes sobre los que se construyó el género llevados a la perfección técnica y artística, creando una influencia directa sobre el resto de títulos posteriores. Si además añadimos el irresistible encanto de sus protagonistas, el magnífico uso del color, la ambientación y tratamiento de la historia, tenemos un filme redondo que nos traslada a un cuento medieval teñido de mágico romanticismo que lo eleva a leyenda.


La historia del arquero de Sherwood que lucha a favor del Rey Ricardo en contra de su pérfido hermano, el Príncipe Juan, fue uno de los temas favoritos de la pantalla desde los albores del cine mudo. Antes del filme de Curtiz, existía un ilustre precedente,  “Robín de los Bosques” (1922) de Allan Dwan, protagonizado por Douglas Fairbanks el aventurero por antonomasia de la etapa silente. La interpretación del personaje llevada a cabo por Fairbanks era un referente muy querido para el público. Sin embargo la encarnación de Errol Flynn borró de un plumazo su recuerdo. La apostura, dinamismo y frescura interpretativa del actor australiano causó impacto en las pantallas de todo el mundo, su aparición sobre un árbol con calzas verdes, bigote perfilado enmarcando una pícara sonrisa y arco en mano, marcó toda una época de la aventura cinematográfica, haciendo suya la figura del héroe legendario de por vida. Ninguno de los actores que posteriormente se han metido en la piel de Robín de Locksley, se han acercado siquiera al encanto y hechizo que Flynn imprimió al personaje, quizás tan solo el Robín de Kevin Costner a principios de los noventa se acercó a esta visión, aunque desde una perspectiva muy diferente y sin lograr de lejos su impacto.


La Warner Bros abordó el proyecto como una producción de altos vuelos, lo cual se nota en el resultado. Costó cerca de 2 millones de dólares de 1938, siendo la película más cara rodada hasta esa fecha por la productora y una de las más costosas del Hollywood de los años 30. Rodada en luminoso Technicolor un poderoso reclamo para la época, terminó de consolidar a Flynn y Olivia de Havilland como una las parejas ideales de la pantalla. Olivia no solo era una mujer bellísima, sino que además era una fantástica actriz. Olivia infundió fuerza y personalidad a Lady Mariam, más allá de la dulzura y delicadeza propias de este tipo de roles destinados a ser tan solo el dulce reposo del guerrero. 


Juntos no solo formaban una hermosa pareja, además sus personalidades se complementaban con una química que quedaba reflejaba en la pantalla. El estudio consciente de su impacto aprovechó esta circunstancia a lo largo de siete películas que conformaron todo un ciclo inmortal de la aventura cinematográfica. Parece ser que Errol mantuvo una especie de amor romántico por su dama, que esta no correspondió a consecuencia de la vida crápula y disipada de su Robin, en cualquier caso Olivia siempre mantuvo palabras amables y cariñosas hacía Flynn, recordando esa etapa de la Warner como un momento esencial en su incipiente carrera, que alcanzaría cotas muy altas en los siguientes años.


No podemos dejar de nombrar a los “malos” de la función, los magníficos Basil Rathbone y Claude Rains, como el malvado sheriff de Nottingham y el desleal Juan sin Tierra respectivamente. Ambos son el retrato perfecto de la villanía. Rains dota al odioso Príncipe Juan de un perverso sentido del humor que le hace aún más despreciable y lunático. En cuanto a Basil Rathbone, uno de los especialistas en villanos del Hollywood clásico, recordar el inolvidable duelo final a espada con el protagonista, momento inmortal y referente imitado a lo largo de toda la historia del género.


Con todos estos elementos la película se convirtió en un enorme éxito de público, recaudando más de cuatro millones de dólares de la época. Fue nominada en 4 categorías a los premios Oscars de este año triunfando en tres de ellas, las relativas a música original, dirección artística y montaje.


Un título redondo que ha hecho soñar desde su estreno a generaciones enteras de espectadores, sentando un referente en su género y en el del Hollywood clásico, hasta el punto de convertirse en un filme de culto al ser seleccionada en 1995 por la Biblioteca Nacional del Congreso Americano como uno de los filmes a preservar en el National Film Registry junto a “El mago de Oz” o “Ben Hur” entre otros.



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