viernes, 4 de marzo de 2016

MIS ESTRELLAS FAVORITAS... CARMEN MIRANDA, LA REINA DEL DELIRIO..


Nunca fue nada similar a una actriz ni una cantante al uso y sin embargo en ambas facetas creó un apartado único en la historia del Cine, imitado hasta la saciedad durante los años 40 del siglo XX. Su figura exótica y excesiva fue uno de los reclamos del filme de Disney "Los tres caballeros" (1944) en la persona de Aurora Miranda, una cantante brasileña lanzada al amparo de la fama de su compatriota, el conejo Bugs Bunny en uno de sus habituales números de travestismo aparecía caracterizado como ella en algunos de sus episodios animados, incluso el mismísimo Mickey Ronney imitó con su histrionismo habitual a la artista en el filme "Hijos de la farándula" (1941).


Carmen en realidad fue una Show Woman delirante, irresistiblemente camp, transgresora y de enorme personalidad, que logró con sus extravagantes tocados e imposibles trabalenguas teñir de luz y alegría las pantallas que iluminaban un mundo en guerra. Cuando Hollywood vio cerrado el mercado europeo a consecuencia de la segunda guerra mundial, volvió los ojos a la vecina Sudamérica como salida económica, de este modo esta simpática portuguesa de pequeña estatura vio la oportunidad de pasar de los clubs nocturnos donde actuaba a contonearse vestida de oropeles y lamés, sobre enormes plataformas en la gran pantalla. La película que la dio a conocer al público estadounidense fue "Serenata Argentina" (1940), un musical protagonizado por dos de las estrellas de la Fox, Betty Grable, la chica Pin Up por excelencia, y Don Ameche, sin embargo Carmen fue la revelación del filme, causando sensación entre el público.


A partir de ahí llegaron una serie de entretenidos musicales arrevistados ambientados en los más exóticos lugares del Continente, donde invariablemente representaba el personaje de brasileña (baiana) temperamental, celosa y apasionada en contrapunto cómico a la parte romántica de la historia interpretada por las norteamericanas Alice Face o Betty Grable, que le hicieron ganar el sobrenombre de "La Bomba Brasileña", nacionalidad a la que siempre se le asoció aunque realmente había nacido en la localidad portuguesa de Marco de Canaveses.


Sus títulos de aquella época hablan por si solos... "A la habana me voy" (1941), "Aquella noche en Río" (1941), "Secretaria brasileña" (1942), "Cara de muñeca" (1946). Se trataba de modestas producciones recargadas de colorido y música cuyo objetivo era el de levantar la moral de las tropas y la retaguardia con historias sencillas sin mayor pretensión que la de entretener. Aunque algunos números resultaron realmente brillantes, como el célebre "The Lady in the Tutti-Frutti Hat" del filme "Algo para los muchachos" (1944), donde el talento coreográfico de Busby Berkeley y el desparpajo de Carmen jugaron una soberbia jugada a la censura en un número de claras referencias eróticas, donde las coristas sostenían enormes bananas a modo de falo mientras ella se contoneaba divertida alrededor de las mismas.


Una vez terminada la guerra y cubiertas las necesidades de evasión, los risueños musicales de la Fox y la figura de Carmen Miranda perdieron interés en favor de historias más adultas y oscuras, con lo que poco a poco su fama fue decayendo, viéndose atrapada dentro el cliché que ella misma había creado y le impedía evolucionar hacia otro tipo de personajes de mayor calado. Aún así mantuvo su simpatía y estilo característicos en algunos títulos irrelevantes en distintos estudios, la escena y la televisión durante unos años.


Falleció prematuramente de una ataque cardíaco en 1955, a los 46 años de edad, tras una actuación en el programa The Jimmy Durante Show, al parecer se sintió indispuesta, terminó, sonrió al público y murió a la mañana siguiente, manteniendo hasta el final la imagen alegre y risueña que la acompañó a lo largo de toda su carrera. Hoy día sigue siendo hoy día una figura mítica del espectáculo latino, especialmente en Brasil, donde cuenta con un museo dedicado a su Leyenda. Su memoriabilia ha sido sostenida principalmente gracias a los transformistas y travestís de todo el Mundo quienes tuvieron un espacio en sus espectáculos siempre para el recuerdo de esta increíble mujer, mezcla de árbol de navidad y temperamento desbordado, cuya incombustible energía y descarada sonrisa sigue danzando al compás de una pegadiza samba en una pantalla cubierta de cielos pintados y palmeras de papel.

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