miércoles, 11 de marzo de 2015

CON ACENTO ESPAÑOL... IMPERIO ARGENTINA


Su sonrisa fue y sigue siendo legendaria y en ella se haya escrita gran parte de la historia de nuestro Cine. Desde su clamoroso descubrimiento en la versión muda de "La hermana San Sulpicio", realizada por su pygmalión y más tarde esposo Florián Rey, su carrera fue en ascenso con la fuerza de un cometa, hasta convertirse en la mayor estrella de habla hispana, entendido en la forma que el término se aplicaba a las mayores figuras internacionales. No sólo llegó la primera, sino que fue la mejor. Todas las estrellas musicales posteriores que hicieron carrera en el cine español le deben algo, y para casi todas ellas ha sido fuente de inspiración e icono de prestigio. De echo los títulos más populares de su filmografía han sido los más versionados del género folklórico, en un intento de emular su éxito, aunque todos ellos quedasen por debajo del original. Justo es decir que el empeño era difícil de alcanzar, ya que la calidad de Imperio como artista está marcada por un sello inimitable, un privilegio que solo se da a aquellos que como ella nacen para dar vida y brillo a la pantalla con luz propia.

No solo era una cantante de un gusto exquisito, capaz de abordar distintos géneros con singular acierto, sino que además era una formidable actriz. En ambas facetas Imperio dejó una huella indeleble, que forma parte de la historia del cine y la canción. Pocas veces se ha dado un talento tan completo capaz de llegar de un modo tan espontáneo.

Parte importante de su impacto viene dado por los títulos que rodó a las órdenes de Florián Rey. La colaboración de ambos genios trajo como resultado un cine de carácter popular servido con una calidad magnífica. Parece ser que el director aragonés quedó prendado de la artista desde su primer trabajo juntos, tanto es así que cuando el cine sonoro cogió por sorpresa a los precarios estudios españoles y todos los profesionales de la industria se vieron obligados a emigrar a los estudios franceses que la Paramount tenía en Joinville para mantener la producción de películas, se marchó a Francia siguiendo sus pasos.

En Joinville Imperio comenzó a forjar su estrella y a desarrollar un fino instinto para la comedia en una serie de títulos que le dieron la oportunidad de trabajar al lado de figuras legendarias como Carlos Gardel en "Melodía de arrabal", convirtiéndose en la única mujer que ha cantado junto al ídolo del tango, o el "chansonnier" Maurice Chevalier en el cortometraje "El cliente seductor".

De regreso a España, a raíz del estreno de la versión sonora de "La hermana San Sulpicio", Imperio comienza revalidar su estatus como actriz de cine. Su siguiente película "Nobleza baturra" la presenta ya como máxima figura de la pantalla hispana y el fabuloso triunfo de "Morena Clara" forja para ella la inmortalidad. Nunca se había visto un recital interpretativo tan irresistible, ni una banda sonora se había impregnado tanto en el sentir popular. Tanto es así que la película se proyecta con idéntico éxito en la zona republicana y nacional durante la contienda civil, haciendo que ambos bandos se rindan ante la voz de la artista interpretando de manera inigualable las zambras "Falsa monea" y "El día que nací yo" y las graciosas bulerías "Échale guindas al pavo", todos ellos desde entonces joyas del repertorio de la canción española.

Su controvertida participación en "Carmen, la de Triana", rodada en la Alemania nazi antes del estallido de la segunda guerra mundial, trajo como consecuencia uno de sus filmes mejor acabados, llegando incluso a rodar una versión alemana "Andalusische Nachte", hablada y cantada íntegramente en lengua germana. A continuación marchó a Italia para interpretar "Tosca" a las órdenes de Jean Renoir, pero la entrada de Italia en la guerra hizo que el director francés abandonase el proyecto siendo sustituido por el alemán Carl Koch.

La década de los cuarenta y su divorcio de Florián pusieron fin a su etapa de esplendor en el cine, tan solo "Goyescas" rodada por Benito Perojo en 1942, restituyó parte de su antigua gloria. A partir de entonces sus proyectos cinematográficos se hicieron cada vez más espaciados y menos interesantes, aunque siguió participando en distintos títulos tanto en España como en Argentina, en adelante su carrera se centraría principalmente en los escenarios, logrando algún hito importante como el célebre concierto que dio en el "Carnegie Hall" neoyorkino, cuyas puertas solo se abren para recibir a las más importantes figuras de la lírica mundial.

En el Festival de San Sebastián de 1962 se le tributó un homenaje que permitió el redescubrimiento de su trabajo a la crítica joven de entonces, nombrandola la "Cyd Charisse del cine español", reivindicando de este modo su importancia en el desarrollo y evolución del cine musical en nuestro país.

Aún durante los años ochenta fue requerida por José Luis Borau y Javier Aguirre para protagonizar "Tata mía" y "El polizón del Ulises" respectivamente, títulos que pusieron punto final a su carrera en cine. Durante las celebraciones de la Expo de Sevilla en 1992, reapareció en el espectáculo "Azabache", en el que se rendía tributo a la Copla en un repaso de sus canciones más famosas interpretadas por Rocío Jurado, Juanita Reina, Nati Mistral, Imperio y María Vidal, donde. la artista de 82 años aún era capaz de poner al público en pie con su carisma y simpatía.

Sus últimos años se vieron ensombrecidos por el Alzehimer, aunque ella nunca perdió memoria de su trayectoria como artista. Falleció en agosto de 2003 en la localidad malagueña de Benalmádena, donde había pasado sus últimos 25 años de vida en la calle que llevaba su nombre. Aunque el inexorable paso del tiempo nos arrebató a la irrepetible Imperio, su inmenso legado artístico nos la devuelve a cada revisión en todo su esplendor, demostrando una vez más que las grandes leyendas nunca mueren.

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