miércoles, 6 de mayo de 2015

FILMOTECA CLÁSICA... "CLEOPATRA" (1963) JOSEPH L. MANKIEWICZ



Soberbia producción histórica cuyo fracaso en taquilla estuvo a punto de arruinar a la Fox y provocar el cierre de los famosos estudios. Debido a diversos contratiempos el rodaje se prolongó durante más de tres años, lo que disparó los costes de producción iniciales a cerca de 50 millones de dólares, convirtiéndola en la película más cara rodada hasta ese momento.

Para el papel de la célebre soberana se barajaron los nombres de Jean Simmons, Susan Hayward, Joan Collins e incluso Audrey Hepburn, aunque dada la envergadura del proyecto la productora quiso contar con la estrella cinematográfica por antonomasia, Elizabeth Taylor, por aquel entonces en el cenit de su fama y su belleza, pagando un sonado millón de dólares a la actriz inglesa por su trabajo, cantidad que ninguna otra estrella había percibido hasta entonces.

Con tales premisas y toneladas de publicidad en torno a la producción, se inició el rodaje en Inglaterra con Peter Finch como Julio César y Stephen Boyd, el inmortal Mesala de Ben Hur, como Marco Antonio, pero pronto se comprobó que el clima británico no era el más apropiado para recrear la tierra de los faraones, por lo que se tomó la decisión de trasladar todo el equipo a los estudios italianos de Cinecittá, cuna de tantas producciones épicas a lo largo de la historia. En Italia el proyecto dio un giro completo al ser sustituidos los actores protagonistas iniciales por Rex Harrison y Richard Burton para dar vida a César y Antonio, respectivamente, así como el director titular, Rouben Mamoulian, por el exquisito Joseph L. Mankiewicz.

El talentoso Mankiewicz se hizo cargo del guión convirtiendo la película en una magnifico filme intimista, que mezclaba el romance entre Cleopatra y Marco Antonio, con una inteligente trama política y una soberbia reconstrucción reconstrucción histórica, más cercana al genio de Shakespeare que al colosalismo de Cecil B. de Mille, planteando el proyecto incialmente como dos películas de cuatro horas de duración cada una. En la primera se contaría la historia de Cleopatra con Julio César y su desmedida ambición por dominar el mundo conocido y la segunda se centraría en la relación de esta con Marco Antonio y como su desbocada pasión acaba con el sueño de la famosa reina y la muerte de los amantes. Este planteamiento hizo que los productores se echaran a temblar mutilando el filme sin compasión, reduciendo sus cerca de ocho horas de duración a poco más de tres para el estreno original, con la intención de hacerlo más digerible para el gran público. Para ello eliminaron sin ningún miramiento escenas importantes para la comprensión de la historia, fundamentales a la hora de entender la psicología de los personajes. Años más tarde se llevó a cabo una restauración, rescatando cerca de una hora de metraje, permitiendo vislumbrar una obra original que no fue bien entendida en su tiempo y que la coloca entre las mejores producciones históricas jamas rodadas, recuperando el reconocimiento de crítica y público.

La reconstrucción en Italia de los espectaculares decorados, los continuos retrasos en la realización provocados por la salud de la protagonista (Elizabeth Taylor estuvo a punto de fallecer durante el rodaje y se le tuvo que practicar una traqueotomía de urgencias para salvarle la vida) aumentaron considerablemente el presupuesto inicial, llegando incluso a plantearse la paralización del proyecto, pero la inversión era ya inmensa y era tarde para frenarlo. Para colmo el acoso de la prensa italiana, que perseguía el sonado romance surgido entre Burton y Taylor, convirtió el rodaje en un auténtico infierno para todo el equipo, por más que los ríos de tinta que corrieron a consecuencia del idilio fuesen una fantástica publicidad para la película... "El filme que rompió dos matrimonios" anunciaba la prensa de la época.

Con tantos elementos en contra y a pesar de la expectación despertada por el estreno, el filme no consiguió recuperar ni la mitad de la inversión empleada. A pesar de convertirse en la película más taquillera del año, el enorme coste de producción dio al traste con la situación financiera de la Fox.

Con todo fue una de las grandes triunfadoras de los Oscars de 1963, logrando cuatro estatuillas en las categorías consideradas menores, relativas a la mejor fotografía en color, la mejor decoración en color, el mejor vestuario y los mejores efectos especiales. Siendo nominada además en las categorías de mejor película, actor principal (Rex Harrison), sonido y montaje. Incomprensiblemente el magnífico guión de Mankiewicz se quedó sin candidatura, dando cuenta una vez más de la ceguera de estos galardones. Aunque sin duda el tiempo se ha encargado de hacer justicia reconociendo la calidad y el talento de este genio del Cine. Un auténtico creador del séptimo arte...

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