viernes, 9 de octubre de 2015

CINE EN LA RETINA... "A DIOS PONGO POR TESTIGO..."

Sin duda alguna es una de las escenas más conocidas del 7º Arte, una imagen que se repite una y otra vez en todos los documentales que hablan sobre Cine, un icono que se ha mantenido a lo largo del tiempo desde su estreno. Y es que la fuerza sobrecogedora de la interpretación de Vivien Leigh y la belleza de la fotografía de Ernest Halle y Lee Garmes unidas a la estremecedora partitura de Max Steiner, son capaces de transportarnos por la más intensa de las emociones poniendo el Alma en pie.


El soberbio guión coloca la situación en el punto álgido del melodrama para hacer estallar el férreo carácter de la protagonista con tal sabiduría, que hace que el espectador se identifique con la historia y el peligroso temperamento de Scarlett sin dudarlo. En una época en la que América estaba saliendo de la Gran Depresión y el mundo se encontraba a las puertas de la 2ª guerra mundial. Heroínas como Scarlett fueron la representación del triunfo de la voluntad sobre el desastre, colocándose en primera fila de la resistencia frente a la injusticia, por más que los medios para renacer no fuesen los más ortodoxos, como en el caso del personaje que nos ocupa... Todo se le perdonaba en base al sufrimiento que le hace ponerse el mundo por montera y usar sus peores artes para conseguir sus objetivos. Al fin y al cabo Scarlett no deja de ser una niña malcriada y egoísta que se ve obligada a crecer demasiado pronto sin medir las consecuencias de sus actos, dando la espalda a los cadáveres que va dejando en el camino, con el fin de mantener la mirada fija siempre en no volver a descender a los infiernos y conseguir lo que quiere.

Técnicamente la secuencia es irreprochable. La protagonista derrotada tras encontrar su hogar destruido, la madre muerta y el padre enloquecido, muerta de hambre se encamina al huerto para devorar cualquier migaja que pueda encontrar. La fotografía en Technicolor se muestra aquí oscura para acentuar el carácter dramático y desolador, mostrando al personaje a contraluz con la promesa de un enrojecido amanecer... La cámara se acerca a su rostro en un conmovedor primer plano para que Scarlett lance al Cielo su juramento, para alejarse con un estremecedor travelling mientras la música eleva el sentimiento del momento, convirtiéndolo en épico...

A título anecdótico comentar que Vivien Leigh se negó a realizar el sonido de las nauseas que al personaje generan la amargura de los rábanos y la situación, ya que le daba asco realizar ese gesto en pantalla, siendo doblado su vómito por Olivia de Havilland, la actriz que interpreta a la igualmente inolvidable Melanie. La escena tardó 15 días en rodarse, hasta que el productor encontró el tono del amanecer que quería para la secuencia, entendiendo que se trataba de uno de los momentos culminantes de la película, al ser un antes y después en la historia de los personajes.

Absolutamente magistral... Imposible no verla y enamorarse de su protagonista y del Cine como arte, narrador de historias y transmisor de emociones.


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