La modesta RKO contó con el dúo más popular del musical de todos los tiempos, los magníficos Fred Astaire y Ginger Rogers que dieron horas de baile y entretenimiento a cantidades ingentes de público a lo largo de diez títulos inmensamente populares, el último de ellos en la Metro reencuentro único para nostálgicos de la pareja.
La Warner contó con la pareja más famosa del cine de aventuras personificada en la apostura de Errol Flynn y Olivia de Havilland, que nos deleitaron con sus filmes de capa y espada y sus visitas al Far West. Reventó la taquilla con los dramas protagonizados por la reina del estudio, Bette Davis, junto al eficaz George Brend, un sólido actor que no brilló demasiado por estar a la sombra del inmenso talento de Bette en vehículos realizados para el lucimiento absoluto de la actriz, juntos intervinieron nada menos que en trece títulos, algunos de ellos inmortales como "Jezabel", "La Carta", "La solterona" o "Amarga victoria". En otro de los apartados más famosos del estudio, el llamado "cine negro", se beneficiaron con la pareja más popular del género, Humphrey Bogart y Lauren Bacall, cuya química en la pantalla fue dinamita pura a lo largo de cuatro títulos imperecederos, desde "Tener y no tener" hasta "Cayo Largo", pasando por "El sueño eterno" y "La senda tenebrosa".
La Columbia removió los cimientos de la sociedad puritana con la tentadora "Gilda" protagonizada por la Diosa Rita Hayword junto a Glenn Ford, pareja que repetiría tensión sexual en "Los amores de Carmen" y "La Dama de Trinidad".
La Paramount gozó del privilegio de otra pareja fascinante en el apartado del "Cine negro" tan grandes en estos menesteres como Bogart y Bacall aunque su mito se haya visto desdibujado en el tiempo... Alan Ladd y Verónica Lake.
También hubo "extrañas" parejas como las formadas por Stand Laurel y Oliver Hardy, conocidos como "El gordo y el Flaco" cuya carrera se desarrolló prácticamente juntos, al igual que ocurrió más adelante con Abbot y Costello, en cierta forma una réplica de los populares cómicos. O la formada por los irremplazables Jack Lemmon y Walter Mathau, uno de los dúos de humor ácido con más talento de la pantalla.
El ejemplo del cine americano fue seguido por el resto filmografías con igual fortuna. En nuestro país la productora Cifesa, la única que creo un sistema de estudios similar al de Hollywood aunando a las actrices y actores más famosos del momento bajo contratos de siete años de duración, ofreció varios ejemplos de parejas populares como las formadas por Amparo Rivelles y Alfredo Mayo o la misma actriz junto a Rafael Durán en diversos melodramas de época, y el que quizás sea el mayor ejemplo de éxito de aquellos años, la inolvidable Imperio Argentina junto a Miguel Ligero, uno de los dúos con mayor química de nuestro cine, si bien no se abordaba de un modo romántico, sino como contrapunto cómico al personaje de la estrella...
Todos ellos demostraron que el talento unido al servicio de la obra era un modo mucho más potente de arrastrar al público hasta las salas, dejándose hechizar por aquellas sombras proyectadas a 24 imágenes por segundo sobre un fondo en blanco, soñando otras vidas y lugares a través del rostro de sus estrellas favoritas...
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