viernes, 16 de octubre de 2015

CON ACENTO ESPAÑOL... "MORENA CLARA" (1936)



Cuando se rodó "Morena Clara" Imperio Argentina ya era la máxima estrella del Cine hispano, con esta película no hizo sino reafirmar su estatus para perpetuarlo, dejando su imagen grabada en la historia del Cine como una de las figuras populares más importantes, uniendo fotogenia, voz y talento interpretativo. Porque Imperio no solo era una excelente cantante de exquisito gusto, sino una soberbia intérprete tanto en la comedia como en el drama, si bien es en el primero de los géneros donde dio rienda suelta a todo su potencial, iluminando la pantalla con su sonrisa incontaminada y contagiosa.

Basada en una obra de Quintero y Guillén, fue uno de los mayores éxitos de nuestro cine y del periodo republicano. Parece ser que Imperio y su esposo Florián Rey estaban buscando inspiración para su nueva colaboración tras el taquillazo de "Nobleza Baturra" (1935) y en cuanto vieron la obra escénica encontraron los suficientes alicientes para realizar una película donde la estrella pudiera lucir todo su talento como actriz y cantante. Atendiendo al resultado hay que decir que no se equivocaron.


Para dar la réplica a la actriz se recurrió una vez más al cómico Miguel Ligero, que ya había probado su química con Imperio en sus anteriores filmes a las órdenes de Rey y era otra figura enormemente popular en la época, lo que aseguraba el potencial en taquilla de la película. A pesar de ser madrileño de nacimiento, Ligero hace una soberbia composición del gitano "Regalito", hermano en la ficción del Trinidad, personaje interpretado por Imperio. Las bulerias "Échale guindas al pavo" que ambos ejecutan con una comicidad deliciosa, es uno de los momentos más recordados de la cinta y han entrado por derecho propio en el repertorio más célebre de la copla clásica, al igual que los otros dos temas interpretados por la artista en la película. "El día que nací yo", ya se encontraba en el original escénico, no como canción, sino como un extenso recitativo a cargo de la protagonista, en el filme fue musicada por Mostazo para que la actriz la interpretara mientras cose en la reja en un prodigio de naturalidad y poesía que hacen que el tiempo se detenga para escucharla. El plato fuerte lo constituye la zambra "Falsa monea" que ha quedado fija en la memoria popular como banda sonora de una época. Indescriptible la interpretación de Imperio mezcla de dolor y coraje, mientras la cámara la va acompañando en un inteligente "travelling" fuera del hogar que la había acogido, apostillando los sentimientos expresados en la letra de esta inmortal copla, uno de los grandes momentos del cine popular de todos los tiempos.


Acompañando a la estrella, el galán Manuel Luna, que gracias a este filme se convirtió en uno de los actores más conocidos de nuestra filmografía  con una sólida carrera a sus espaldas y los característicos Pepe Calle, María Bru y Carmen de Lirio, prácticamente olvidados hoy en día, pero figuras de renombre en su momento.

La película se estrena en el Cine Rialto de Madrid unos meses antes del estallido de la guerra civil, convirtiéndose de inmediato en el filme más taquillero del cine español hasta ese momento, permaneciendo en cartel hasta bien avanzada la contienda en ambos bandos, como imagen fija del cambio social y político que estaba a punto de producirse. Finalmente es retirado de la zona republicana al conocerse que Imperio y Florián han sido contratados para rodar una película en la Alemanía nazi que resultó ser "Carmen, la de Triana" (1938). 


El ritmo de la cinta es excelente, las situaciones cómicas irresistibles y la verborrea de los protagonistas deliciosa. Un estilo de cine que sería imitado hasta la saciedad, generalmente de un modo mucho más rutinario, en las siguientes décadas. Tras la guerra el cine popular español perdió una parte importante de la espontaneidad, gracejo y sencillez de estas obras, volviéndose más acartonado, acentuando los falsos tópicos de pandereta. 



Esto fue harto evidente en la segunda versión del mismo asunto que filmó Luis Lucía en 1954 con Lola Flores, Miguel Ligero (que repetía el personaje de "Regalito") y Fernando Fernán Gómez como el fiscal. A pesar de lo suculento del reparto, ninguno de los artistas citados consigue estar a la altura de sus predecesores, en parte por culpa de una dirección estática y un guión que sustituye la gracia de las situaciones de antaño por chistes de fácil digestión y folklore de baratillo. Aún así se recuerda como uno de los títulos más populares de "La Faraona" cuyo temperamento brilla como siempre por encima del argumento.

Una película imprescindible a la hora de abordar la historia del cine español y la evolución del género popular.

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