viernes, 30 de enero de 2015

MIS ESTRELLAS FAVORITAS... ELIZABETH TAYLOR...




Es imposible contemplarla sin amarla... Amarla sin adorarla... Ella fue la última gran estrella del Hollywood clásico. Sus películas, sus matrimonios, su vida, todo fue seguido al detalle por millones de personas rendidas ante la fascinación de esta mujer magnífica e irrepetible.

La Metro fue su hogar durante cerca de treinta años. En aquel estudio que se vanagloriaba de tener "más estrellas que en el Cielo", creció este tímido patito convirtiéndose en el más hermoso Cisne que jamás haya acariciado la pantalla. Empezó siendo una niña con rostro de adulta que lo mismo jugaba con la perra Lassie, que moría tuberculosa de la mano de su amiguita "Jane Eyre" o expresaba un amor ideal por el caballo de "National Velvet", su primer papel importante. Durante la pubertad se convirtió en la preciosa damita, un tanto "pija", que vivía sus primeros coqueteos en títulos para adolescentes del estilo de "Cynthia", "Así son ellas", "Vivir con Papá" o "Mujercitas", donde fue una Amy irremplazable... Cuando llegó el personaje de la caprichosa heredera de "Un lugar en el Sol" la transformación había finalizado y Liz lució no solo como una de las más hermosas Afroditas del cine, sino que dejó atisbar su sensacional talento como actriz, sentando los cimientos de su leyenda... Público y crítica comprendimos que la fascinación que despertaba empujase a Montgomery Clift al asesinato.

Su magnetismo personal hizo que la Metro le sirviera una carrera irregular, que sin embargo no hizo sino acentuar su potencial estelar. Desde filmes intrascendentes que solo se justifican por la magia de su belleza, hasta obras memorables como "La gata sobre el tejado de Zinc", "Gigante" o "De repente el último verano" que la hicieron única. Cuando llegó la "Cleopatra" de Mankiewizc, la Liz actriz había alcanzado la madurez dando paso a una nueva etapa mucho más sólida como intérprete.

Su vida personal adquirió una dimensión aún mayor que su carrera, alimentando el mito entre un público adicto a sus pasiones y escándalos. Contrajo matrimonio en ocho ocasiones, aunque fue su unión con Richard Burton la que pasaría a la historia. El fuerte y apasionado temperamento de ambos hizo correr ríos de tinta entre la prensa y nos regaló algunos de los mejores títulos de la estrella. Las películas protagonizadas junto a Burton alimentaron el morbo de las gentes que veían en aquellos argumentos un reflejo de sus crisis y reconciliaciones.

Ganó el Oscar en dos ocasiones... La primera de ellas totalmente inmerecida por un tremendo bodrio titulado "La mujer marcada", la propia estrella calificó su papel de prostituta en aquel filme como "shit". La segunda absolutamente justificada por la matrona histérica de "¿Quién teme a Virginia Woolf?"

Sus ojos violeta transmitían la tierna sensibilidad de una mujer que vivió desde el corazón, acertando y tropezando, descendiendo a los infiernos para renacer siempre cual Ave Fénix magnífica e inmaculada. Sus mejores interpretaciones están impregnadas de esa vida que provenía únicamente de su interior, haciendo que creyéramos en todo cuando hacía, porque por encima del personaje siempre vimos a Liz... Mágica, hipnótica, irreemplazable... Traspasando la pantalla y nuestros corazones.

Así son los grandes, los inmortales... Así es ella... Elizabeth Taylor

1 comentario:

  1. Ella era a mi leguaje cristalino un ágata de fuego con ojos violetas!! Ella era puro fuego !!!

    ResponderEliminar